En una de las acciones más severas contra la corrupción dentro de las fuerzas armadas chinas en los últimos años, el gobierno de la República Popular de China anunció la destitución de varios altos mandos del Ejército Popular de Liberación (EPL), incluido el general He Weidong, quien ocupaba el segundo cargo más alto en la jerarquía militar como vicepresidente de la Comisión Militar Central.
La noticia fue confirmada por Zhang Xiaogang, portavoz del Ministerio de Defensa, quien señaló que los implicados “violaron gravemente la disciplina”, una frase que en el lenguaje político chino suele referirse a actos de corrupción, abuso de poder o deslealtad al Partido Comunista.
Las investigaciones alcanzan a ocho altos oficiales que también formaban parte del Comité Central del Partido Comunista Chino, del cual fueron expulsados. Entre los señalados se encuentra Miao Hua, otro alto mando militar, lo que evidencia la magnitud de la purga.
“El severo castigo impuesto a He Weidong, Miao Hua y otros demuestra una vez más la firme determinación del Comité Central del Partido Comunista y de la Comisión Militar Central de perseverar en la lucha contra la corrupción”, declaró el vocero Zhang Xiaogang.
La destitución de He Weidong pone fin a meses de especulaciones sobre su paradero, ya que no había sido visto en público desde marzo, lo que alimentó rumores sobre su caída en desgracia. Su ausencia, ahora confirmada como resultado de una investigación interna, revela el alcance de las tensiones dentro del aparato militar chino.
Este movimiento se enmarca en la política de “tolerancia cero” contra la corrupción impulsada por el presidente Xi Jinping desde que asumió el poder, y que ha alcanzado a funcionarios civiles, empresarios, académicos y ahora, de forma más visible, a la cúpula militar.
La purga ocurre en un momento de alta sensibilidad geopolítica, con China reforzando su presencia militar en el Mar de China Meridional, aumentando sus ejercicios en torno a Taiwán y enfrentando presiones internacionales por su papel en la seguridad global. La limpieza interna podría tener como objetivo consolidar el control político sobre las fuerzas armadas y garantizar lealtad absoluta al liderazgo del Partido.
Analistas internacionales advierten que esta acción no solo busca castigar la corrupción, sino también enviar un mensaje claro de disciplina y obediencia dentro del Ejército, en un contexto donde la estabilidad interna es considerada clave para la proyección de poder de China en el mundo.

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