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Este 13 de julio, el mundo entero conmemora una vez más el Día Mundial del Rock, una fecha que rinde homenaje no solo a un género musical, sino a un movimiento cultural que ha marcado generaciones, inspirado revoluciones y derribado fronteras con guitarras estridentes, letras incendiarias y actitudes desafiantes.
La efeméride nació del histórico concierto Live Aid, celebrado el 13 de julio de 1985 en Londres y Filadelfia, donde artistas legendarios como Queen, U2, Led Zeppelin y David Bowie se unieron para recaudar fondos contra la hambruna en Etiopía. Aquel evento no solo demostró el poder del rock para movilizar masas, sino que estableció un precedente para la música como herramienta de cambio social.
A 40 años de aquel suceso, el espíritu del rock sigue tan vigente como entonces. En México y el mundo, festivales, conciertos, exposiciones y programas especiales se multiplican este fin de semana para rendir tributo a sus íconos —desde Elvis y Janis Joplin, hasta Nirvana, Soda Stereo, Caifanes o Arctic Monkeys— y también para reconocer a las nuevas generaciones que mantienen vivo su pulso.
“El rock no ha muerto, solo ha mutado”, asegura Alejandro Arce, locutor especializado, quien desde hace más de dos décadas transmite en vivo especiales cada 13 de julio. “Hoy el rock vive en fusiones, en la independencia creativa, en la resistencia cultural y también en redes. Sigue siendo una forma de gritarle al mundo que estamos vivos”.
En Ecatepec, Monterrey, Guadalajara, Puebla y Tijuana, bandas emergentes y consagradas toman escenarios para conmemorar la fecha con maratones de música en vivo, proyecciones documentales y homenajes a figuras como Kurt Cobain, Gustavo Cerati o Tina Turner. Incluso museos y centros culturales han organizado actividades interactivas que narran la evolución del rock desde sus raíces afroamericanas hasta sus formas más contemporáneas.
Aunque ya no domina las listas como antaño, el rock conserva su lugar como una fuerza contracultural que desafía, emociona y une. En tiempos marcados por la fugacidad del contenido y la saturación digital, este género recuerda que hay sonidos que no pasan de moda, y que algunas guitarras aún tienen mucho que decir.