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El hombre, indica la nota, fue «eliminado» tras cometer el ataque, en el que arremetió con su coche contra varios civiles que estaban esperando en una parada de autobús en las proximidades de la localidad septentrional israelí de Pardes Hanna.
El hombre residía en Israel sin permiso y estaba casado con una ciudadana israelí, indica la misma fuente.
Por su parte, el grupo islamista palestino Hamás se congratuló del ataque y afirmó que «es una respuesta natural y heroica» a «los crímenes constantes» de Israel en Cisjordania.
En un comunicado distribuido en sus canales, Hamás celebra que «los ataques de la resistencia continúan» a pesar de las «medidas de seguridad» de Israel.
«Es una respuesta natural y heroica a la brutal agresión y los crímenes constantes cometidos por la ocupación en la Cisjordania ocupada», añade el comunicado.
Para Hamás, el ataque es un mensaje al Gobierno israelí «extremista» de que «la resistencia continuará hasta que la ocupación (Israel) sea eliminada».
Tras la entrada en vigor de la tregua en Gaza, Israel puso en marcha una operación militar a gran escala en el norte de Cisjordania ocupada con foco en las ciudades de Tulkarem, Yenín y Tubas.
Solo en Yenín, bastión histórico de las milicias palestinas, más de 16 mil palestinos han abandonado el campamento de refugiados homónimo y al menos 27 personas han perdido la vida desde el 21 de enero, incluidos una niña de 2 años por un disparo y otro de 14 por un dron israelí que lo decapitó, según fuentes médicas.
En total, las autoridades palestinas estiman que 40 mil palestinos han sido expulsados de los campamentos de refugiados de estas tres urbes cisjordanas a las que no van a poder regresar, según advirtió hace unos días el ministro israelí de Defensa, Israel Katz.